Tuesday 24 February 2015

El caso Pujol

Jordi Pujol  fue el presidente Catalán entre 1980 y 2003. Una noticia muy relevante en España ahora es la herencia no declarada de su padre. La razón por la que hizo esto es porque los impuestos son muy altos, y pagaría mucho del dinero si lo declarara. La historia es más grande porque el gobierno español está envuelto en un escándalo de corrupción masivo desde hace sólo unos años.
La Razón es un periódico de derechas. Recebi la impresión de que La Razón es más crítico de Pujol que El País, un periódico de izquierdas. Es porque La Razón se burla Pujol recitando su latiguillo – “dicen, dicen, dicen”. Dice que él es un hipócrita porque él es usualmente abierto al debate pero ahora, no discutirá sin la presentación pruebas. Están mostrando su caso estar muy débil y asustado cuando dice  “se movía inquieto en su asiento Cristóbal Martell, abogado de Pujol”, posiblemente implicado que el abogado estaba nervioso.

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El país

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha asegurado este lunes en el Parlamento catalán que el dinero de la supuesta herencia no declarada de su padre “no procedía de la gestión pública” y que no tiene ni ha tenido “cuentas en el extranjero”. Pujol lo ha dicho durante una breve declaración leída en el marco de la comisión de investigación creada a raíz de su confesión el pasado verano de que había tenido dinero sin declarar. El exdirigente nacionalista se está negando a responder a la mayor parte de preguntas de la oposición o lo hace con evasivas.

“No pretendo contestar pregunta por pregunta ni tampoco al final de la sesión”, ha advertido Pujol a los grupos del Parlamento catalán al comenzar su comparecencia. “El juicio a mis 23 años de presidencia se tendrá que hacer en otro sitio, ahora no corresponde hacerlo”, ha insistido el expresidente.

Pujol lamenta que el interrogatorio ante el juez “fuera divulgado entero”, pero también dice que el ciudadano "tiene información directa”
Durante su primera intervención, Pujol ha lamentado que el interrogatorio al que fue sometido ante el juez el mes pasado “fuera divulgado entero”, pero también ha dicho que esto permite a los ciudadanos “tener información directa” sobre el caso. “Y esto es muy importante”, ha dicho. En su opinión lo dicho ante el juez probaría que “toda la rumorología y supuestas pruebas manipuladas y fabricadas de arriba abajo” contra su persona “no tenían fundamento”. Con todo, no ha aclarado de qué pruebas hablaba.

El portavoz del PSC, Jordi Terrades, ha pedido a Pujol un “esfuerzo de transparencia” para explicar el recorrido del dinero legado por su padre: “No intente salvar el patrimonio familiar e intente salvar parte de su legado político”. La única respuesta de Pujol en este sentido ha sido recordar el acta notarial en el que se formula la donación de 183 millones de euros.

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El diputado del PP Santi Rodríguez ha insistido en que este documento no es una prueba suficiente para demostrar el origen del dinero. “Siete meses después no hemos visto ningún documento del legado de su padre”, ha asegurado antes de acusar al actual presidente catalán, Artur Mas, de esforzarse en que no se sepa nada y en taparlo todo”. Pujol se ha negado a responder también a este diputado. Sí ha dicho que son sus hijos y no él quienes deben responder sobre el dinero que han ganado fruto de sus actividades.

La mujer del expresidente catalán, Marta Ferrusola, ha dicho en su primera intervención que no declararía, pero después ha respondido a Oriol Amorós, de ERC, que cuando ella iba a Andorra era para esquiar. Marta Ferrusola, imputada por blanqueo de capitales, ha dicho no recordar cuándo recibió el dinero de su suegro, el padre del expresidente catalán. “Mi memoria es muy pequeña”, se ha disculpado. También ha puesto en cuestión que sus hijos lleven un ritmo de vida elevado y, preguntada, por los coches de lujo del mayor de sus hijos, ha dicho que los pudo comprar porque estaban deshuazados “y los arregló”.

Varios portavoces de los partidos le han preguntado a Marta Ferrusola por el origen del dinero que tenían depositado en paraísos fiscales. Ella tampoco ha aclarado detalles al respecto. "Yo no sé nada", ha dicho. Sobre las cifras que se manejaban, la esposa del presidente ha asegurado: "no tenemos ni un céntimo".

Sobre sus negocios con la Generalitat, Ferrusola ha añadido que “nunca” se presentó a ningún concurso público. Y acerca de la situación actual de su familia ha defendido a sus hijos. “Estoy muy orgullosa de ellos”. También ha dicho que la situación económica que tienen no es buena: “Van con una mano delante y otra detrás”.


La razón

Si el "això no toca" (esto no toca) fue uno de las frases fetiche en los 23 años de Jordi Pujol al frente de la Generalitat, su comparecencia en la comisión de investigación del Parlament dejará su "dicen, dicen, dicen" como sarcástica respuesta a las reiteradas preguntas de los diputados sobre su fortuna oculta.
Pujol ha dado esta tarde el pistoletazo de salida a un carrusel de comparecencias que llevarán a toda su familia a la Cámara, hoy también a su mujer, Marta Ferrusola, y a su hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, y en las próximas semanas al resto de sus hijos.
Con su inconfundible estilo, a veces irónico y dicharachero, otras tajante e indignado, Pujol ha acudido a la comisión sobre fraude fiscal dispuesto a no atender a las preguntas de los grupos parlamentarios, si bien finalmente ha acabado entrando en un toma y daca continuo que no ha alumbrado en todo caso demasiadas novedades.
A diferencia de cuando compareció voluntariamente cinco meses atrás en la Comisión de Asuntos Institucionales, visita que acabó con una dura reprimenda a los diputados, Pujol ha regresado al mismo escenario, esta vez como imputado, condición que no ha evitado que en la Sala de Grupos se haya visto a un expresident más relajado.
A las tres de la tarde, con traje gris y corbata azul cielo, Pujol ha llegado con pausa entre una marabunta de cámaras. Ya en su silla, tras un sorbo de agua, limpiar sus gafas, una última ojeada a sus apuntes y observar detenidamente a los diputados, ha leído una intervención que traía preparada de casa.
Cinco minutos en los que ha pedido "disculpas" si tuvo "una cierta crispación en algún momento" en su anterior comparecencia, pero se ha reiterado en su declaración anterior en Parlament y ante el juez. "Y no tengo nada más que añadir". Una frase que ha sido una constante durante la hora y media de comparecencia.
Pero aunque el formato debía ser el de cinco minutos de preguntas por grupo y posterior respuesta, el Pujol más genuino ha decidido saltarse el guión y entrar en un constante intercambio dialéctico.
Dinámica que ha hecho sudar de lo lindo a dos personas. Por un lado, al presidente de la comisión, David Fernández (CUP), con una camiseta blanca con la palabra "Allende". Con una mano controlaba el cronómetro y con la otra tenía que abrir continuamente el micrófono de Pujol cuando intervenía a su antojo, además de hacerle de intérprete improvisado ante preguntas que no escuchaba bien.
A unos metros, entre los sesenta asistentes, se movía inquieto en su asiento Cristóbal Martell, abogado de Pujol. Con un abanico de documentos, negaba con la cabeza a varias preguntas o hacía gestos al exdirigente para que cortara su respuesta o rebajara el tono, algo que también ha hecho con la esposa de Pujol.
Y entre risas a veces, otras con visible enojo, el expresidente se ha mostrado crítico con los diputados, entre los que hoy no había ninguno de los principales líderes de la oposición.
El presidente catalán ha insistido en que un debate "pierde una cierta consistencia" si se instala en el "dicen, dicen, dicen", por lo que en su opinión hay que "recurrir a otros organismos" que no se basen en esa máxima de la palabrería porque "las cosas se tienen que demostrar".
En otro momento de su intervención, Pujol ha argumentado que no quería responder a las preguntas de la oposición para no "continuar con el bla, bla, bla de insinuaciones".
El expresident ha añadido que la mayoría de las afirmaciones de la oposición solo pretendían "hacer más grande la pelota" del debate sobre el origen de su fortuna familiar y ha advertido de que no ha acudido al Parlament para protagonizar "un toma y daca" con suposiciones que, a su parecer, no son ciertas.
Han sido varios los parlamentarios que han recogido el guante del "dicen, dicen, dicen" en sus últimas intervenciones: el exdiputado del PP Santi Rodríguez le ha recordado que hubo una época en que se "decía, decía, decía" que Pujol no tenía dinero en el extranjero, y ahora se ha descubierto que sí.
Por su parte, la diputada de la CUP Isabel Vallet ha expresado al presidente catalán su temor de que tras el "dicen, dicen, dicen" se escondiera una consigna de "roben, roben, roben", y le ha advertido de que en un futuro ese estribillo podría transformarse en "sentencias, sentencias, sentencias".
Jordi Terrades, del PSC, también ha reaccionado al juego de palabras de Pujol, emplazándole con otro retruécano sin éxito: "Explique, explique, explique".
El intercambio más acalorado ha sido con Oriol Amoròs (ERC). La alusión a Banca Catalana de Jordi Terrades (PSC) le ha hecho removerse en su asiento. Santi Rodríguez (PPC) ha mostrado un logo "vintage" de CDC en forma de árbol y la insinuación de los "nidos que han de caer". Y si Pujol ha acusado a Carlos Carrizosa (C's) de "tergiversar", en el turno de Marc Vidal (ICV-EUiA) -el interrogador más duro-, ha preguntado a Fernández quién era ese diputado.
El momento más distendido ha sido cuando ha pedido a Isabel Vallet (CUP) que "hablara más alto", porque se le había "acabado la pila" del audífono. "Son las miserias humanas", ha añadido, antes de preguntar si se había acabado la comparecencia y podía marcharse. "No. Falta un grupo", ha recordado Fernández. Se trataba de CiU.
Pero ha sido tras la decisión de agregar un minuto más de intervención por grupo cuando Pujol ha dejado su frase para la posteridad. "¿Qué valor tiene un interrogatorio de dicen, dicen, dicen?. ¿Qué papeles llevan? Escuchen no, no les voy a contestar nada más, vayan diciendo, diciendo, diciendo", ha espetado el expresident a los diputados, a quienes en alguna ocasión ha emplazado a justificar las preguntas que le formulaban.
"No contestaré absolutamente a nada, esto no es serio. No me quitaré el audífono para no escucharles, pero hagan lo que quieran", ha dicho, a lo que Fernández ha ironizado: "Eso es poco pujolista".
Justo al acabar su comparecencia, su mujer salía con un taxi desde su casa rumbo a un Parlament donde ha dejado claro que, "con todo el respeto, no iba a declarar nada", aunque ha acabado imitando a su marido, aunque más incómoda y con respuestas más escuetas.

Ha dicho que su "memoria era muy pequeña" e incluso ha negado que sus hijos tuvieran un nivel elevado de vida ("van con una mano delante y otra detrás"),asegurando que el Ferrari que compró su hijo mayor estaba "totalmente desvencijado". "Estoy orgullosa de mis hijos", ha dicho la matriarca de los Pujol, antes de concluir con dureza: "Este diálogo me da pena, Cataluña no se merece esto".

Autor del artículo: Darioush

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